Las prisiones provinciales se establecen mediante Real Decreto de 5 de mayo de 1913, teniendo tal consideración las cárceles enclavadas en las capitales de provincia destinadas a prisión preventiva durante la substanciación de los sumarios, al cumplimiento de penas de arresto mayor de individuos que no sean militares, así como de prisión de Audiencia recluyendo a las personas una vez terminado el sumario hasta que eran puestas en libertad, absueltas o condenadas. Estas prisiones asi mismo se destinarían, siempre que tuvieran capacidad, al cumplimiento de las penas de prisión correccional impuestas por las autoridades correspondientes o por un Consejo de Guerra de la misma provincia.

La Prisión Provincial de Teruel se ubicaba en lo que antes había sido el convento de la Trinidad muy cerca de la torre de San Martín, tanto es así que en marzo de 1937 se procede a quitar varias vigas de un andamiaje que durante ocho años había permanecido en dicha torre "desapareciendo el peligro que existía de ayudar desde el exterior y desde el indicado sitio a la realización de una fuga de presos" según consta en el Libro de Actas de la Junta de Disciplina de ese año.

Durante la época republicana y por el Reglamento de Prisiones de 21 de noviembre de 1930 alberga a hombres y mujeres detenidos y procesados durante la tramitación del sumario y hasta que se celebre el juicio oral. Una vez sentenciados, para el cumplimiento de penas de reclusión hasta un año y de prisión hasta dos inclusive, son enviados a la Prisión Provincial de Valencia en el caso de otras condenas a los centros que se establece en dicho Reglamento. Por lo tanto su población reclusa es pequeña considerándose la prisión de Teruel como de "servicio atenuado" (Decreto de 1 de enero de 1933) en cuanto a su personal.

Destruida totalmente durante la Guerra Civil, la Dirección General de Regiones Devastadas es la encargada de habilitar el convento de los Capuchinos para cárcel en 1940, y que va a albergar a los presos que llegados de otras provincias van a contribuir a la reconstrucción de la ciudad como mano de obra, redimiento de esta manera su pena por el trabajo.

Por Decreto de 28 de diciembre de 1945 se aprueba el proyecto de construcción de la nueva prisión provincial y granja agrícola penitenciaria. El traslado de presos de Capuchinos a la nueva cárcel, en la actual Avenida de Zaragoza número 26, se realiza en 1951 a pesar de que las obras son entregadas definitivamente dos años después.

Durante el franquismo el régimen penitenciario español se configura a través del Reglamento de los Servicios de Prisiones de 1956 y su posterior modificación por decreto de 25 de enero de 1968, creándose los establecimiento para jóvenes menores de 21 años destinándose para este fin la cárcel de Teruel. Desde este momento acoge a jóvenes de edades comprendidas entre los 16 y 21 años que se encuentran en el primer grado de clasificación en cuanto a cumplimiento de condena, y que corresponden a aquellos internos de peligrosidad extrema o que observan una conducta de manifiesta inadaptación.

La normalización en el ámbito penitenciario una vez promulgada la Constitución de 1978, se produce con la entrada en vigor de la Ley Orgánica 11/1979, de 26 de septiembre, General Penitenciaria y de su Reglamento aprobado por Real Decreto 1201/1981. En la actualidad la Prisión Provincial de Teruel acoge a internos de 2º y 3º grado, suprimiendose por orden ministerial de 22 de mayo de 1990 el Departamento de Mujeres y el de Jóvenes.

Documentación de la Prisión Provincial de Teruel (1936-1978) en Dara