Aparte de los hallazgos de la Edad de Piedra y de la Edad de Hierro, así como de los asentamientos de época ibérica, no es hasta 1169 cuando Alfonso II reconquista el lugar frente al reino almohade de Valencia. Pedro II en 1202 entrega el castillo y la villa de Fortaner a la Orden del Hospital, pasando a formar parte de la Encomienda de Aliaga. Los siglos XVI y XVII se caracterizaron por su prosperidad económica producto de la riqueza ganadera y del desarrollo de la manufactura textil. Durante el s. XVIII se produjo un fuerte crecimiento poblacional que obligó a roturar nuevas tierras en detrimento del sistema ganadero, incrementándose el número de masadas. Ya en el transcurso de las Guerras Carlistas fue testigo del posicionamiento en el lugar del brigadier de la reina, el Marqués de Amarillas, quien fijó en Fortanete los almacenes precisos para el Sitio de Cantavieja.