Las magníficas obras iniciales del maestro francés Juan de Marca lo convertirán en uno de los principales artífices de la recuperación del mudéjar en la segunda mitad del siglo XVII y uno de los más reputados arquitectos del momento, granjeándole encargos tanto en Zaragoza como en otras iglesias de la provincia, que decorará con yeserías mudéjares. Sin embargo, por aquellas fechas, su obra dará un giro sorprendente en los trabajos que realizará para el conde de Morata, como el palacio de Morata de Jalón o el innovador diseño urbanístico de Chodes, en los que adoptará magistralmente los nuevos lenguajes del barroco civil italiano, implantando un nuevo estilo que se extenderá pronto a otros lugares, como Villafranca de Ebro.
Tras desaparecer prácticamente en la Edad Moderna, el mudéjar va a resurgir con gran brillantez a mediados del siglo XVII y resulta llamativo que uno de los principales artífices de esta revitalización fuera un maestro francés llamado Juan de Marca. Con unos orígenes aún desconocidos, lo encontramos de pronto en Zaragoza en 1661, adaptándose con una sorprendente rapidez al lenguaje mudéjar, para proceder casi inmediatamente a la decoración de una impresionante constelación de iglesias en la Ribagorza y La Litera. Desde entonces, y hasta que perdemos su pista en 1677, se convertirá en uno de los más reputados arquitectos zaragozanos, interviniendo en importantes iglesias de la capital y trabajando para los más destacados nobles de la época.
A través de los fondos del Museo de Abizanda seguimos explorando el complejo mundo de los miedos del hombre pirenaico frente a los muchos males que podían acecharle. No solo era preciso defender el pueblo contra toda amenaza venida del exterior, sino que también era necesario proteger la casa y las personas frente a cualquier tipo de influjo maligno. Presentamos así un variado muestrario de objetos y prácticas que incluye amuletos, utensilios decorados con diversos símbolos protectores y algunos rituales para conjurar los riesgos naturales, pero también los males sobrenaturales.
Se cumplen ahora 25 años de la inauguración del Museo de Creencias y Religiosidad Popular del Pirineo Central de Abizanda, que estrenó sus instalaciones con una exposición fotográfica dedicada a la pintura popular de carácter religioso de la comarca de Sobrarbe. Para conmemorarlos, exploramos la singular colección de este museo y nos adentramos en el complejo mundo de las preocupaciones y los miedos del hombre pirenaico frente a todo tipo de males y amenazas: peligros naturales, como las tormentas o las plagas, pero también riesgos sobrenaturales, representados por las brujas o los muertos.
La relevancia histórica del monasterio de Sigena le llevó a ir reuniendo un importante archivo desde su fundación en 1188, que fue en su mayor parte destruido durante un incendio en los primeros meses de la Guerra Civil. Los pocos documentos que pudieron salvarse se dispersaron por decenas de archivos públicos y privados. En los últimos años, el Gobierno de Aragón ha emprendido un proyecto de búsqueda, identificación y digitalización de estos documentos, que le permite presentar hoy, a través de la plataforma DARA, el nuevo portal Sigena Virtual, cuyo objetivo es reconstruir el archivo original del monasterio.
En 1936 un incendio arrasó el monasterio de Sigena, destruyendo obras artísticas y el importante archivo monacal. Sin embargo, algunos vecinos lograron rescatar varios centenares de documentos, que se dispersaron por múltiples lugares. Tras la entrega en 2017 por las autoridades catalanas de un sorprendente fondo documental procedente de Sigena, el Gobierno de Aragón emprendió una búsqueda de otros fondos del monasterio en archivos de todo el territorio nacional, que permite ofrecer hoy al público unos 1500 documentos recuperados a través del portal Sigena-Virtual.
La Desamortización trajo consigo la ruina de muchos monasterios, rapiñas, expolios…, pero también las primeras iniciativas estatales para salvaguardar nuestro patrimonio. En 1844 se crearon las Comisiones Provinciales de Monumentos, cuyo objetivo era inventariar, recuperar y trasladar a las capitales de provincia las obras de arte más destacadas que habían quedado abandonadas en los conventos. De allí surgirán nuestros museos provinciales, uno de los cuales, el de Huesca, celebra este año su 150 aniversario.
La Desamortización que Juan Álvarez Mendizábal emprendió a partir de 1835 constituyó un hito decisivo en la conservación de nuestros bienes culturales, pues supuso el comienzo de un largo proceso que conllevó la desaparición y la ruina de numerosos conventos y monasterios aragoneses, así como la pérdida o dispersión de muchas de las obras artísticas que contenían. Pero no todo fueron consecuencias negativas: esta situación de grave amenaza conllevó también el inicio de las primeras políticas de protección del patrimonio emprendidas por el Estado.
Con motivo del centenario de la declaración del monasterio nuevo de San Juan de la Peña como Monumento Nacional se ha inaugurado una exposición que ofrece un recorrido a través de la imagen de este emblemático monasterio tal como fue plasmada por más de una treintena de viajeros, turistas y eruditos desde la Desamortización hasta nuestros días. A través de un centenar de dibujos, grabados y fotografías procedentes de 13 archivos la exposición traza una completa historia del monasterio a lo largo de los dos últimos siglos, mostrándonos no solo sus transformaciones arquitectónicas, desde su abandono y progresiva ruina a su restauración, sino también su paulatina conversión en un símbolo de la identidad aragonesa.
A finales del pasado mes de febrero la Diputación de Huesca homenajeaba a los pastores altoaragoneses con la concesión del premio Félix de Azara, que venía a reconocer la importancia de la ganadería extensiva para el mantenimiento del paisaje y el desarrollo sostenible del mundo rural. Nos sumamos a este merecido homenaje explorando los archivos sonoros de SIPCA, que cuenta con más de 500 grabaciones que nos descubrirán la variedad y la riqueza del folclore popular relacionado con el mundo pastoril: narraciones orales y romances, pastoradas, canciones, refranes, anécdotas...