Situado en la calle Argensola, es uno de los mejores ejemplos de casa solariega del Renacimiento aragonés. Está adosado a otros edificios.

Asentada sobre un pequeño zócalo de piedra, la fachada principal de ladrillo y líneas sencillas se estructura en los tres pisos característicos de este tipo de edificios. La planta baja presenta una portada en arco de medio punto de grandes dovelas descentrada del eje principal y flanqueada por vanos adintelados. Sobre ella se sitúa la planta principal, con cinco vanos adintelados, dos de los cuales son balcones con barandilla de forja. Una imposta moldurada separa este piso de la falsa, que abre en el característico mirador de arcos de medio punto, en este caso, doblados, que apean sobre cortas pilastras de escaso relieve. El conjunto se remata con un alero de madera labrada, muy volado, sostenido por ménsulas terminadas en volutas y decorado con motivos de piñas colgantes, formas vegetales como acantos, ovas, rosetas, guirnaldas, y otros motivos clásicos (mútulos, escudos).

El interior, modificado para adaptarlo a su nuevo uso de Casa Municipal de la Cultura, conserva la disposición y las alturas de sus principales elementos constructivos. Se ha mantenido el zaguán que comunica con el patio central en torno al que se distribuían las estancias de la casa; también se ha mantenido la monumental escalera cubierta con cúpula sobre pechinas y con arquerías en el antepecho.